El contundente ataque de Israel a Irán y la respuesta de Teherán amenazan con desencadenar un conflicto regional

La escalada bélica entre Israel e Irán alcanzó un nuevo nivel este viernes, con ataques sostenidos por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre objetivos estratégicos en territorio iraní. Los bombardeos israelíes alcanzaron instalaciones en Teherán y ciudades cercanas como Shahriar y Malard, así como la localidad de Isfahán, considerada el centro neurálgico del programa nuclear iraní. En Isfahán se encuentra uno de los centros más sensibles de enriquecimiento de uranio del régimen de los ayatolás.

Asimismo, se reportaron intentos de ataque al complejo nuclear de Fordo, otro punto crucial del programa atómico iraní. De acuerdo con fuentes de inteligencia israelíes, el objetivo es neutralizar la infraestructura que podría permitir a Irán avanzar rápidamente hacia la construcción de armas nucleares.

En respuesta, Irán lanzó una salva de misiles que impactó en Tel Aviv. En Jerusalén también se escucharon fuertes detonaciones, mientras algunos proyectiles cruzaban el cielo en plena noche, activando las alarmas antiaéreas y generando pánico entre la población civil.

Este nuevo intercambio de ataques marca un punto crítico en la confrontación, con el riesgo de derivar en un conflicto regional de gran escala si no se logra contener la espiral de violencia. En este contexto, la comunidad internacional sigue con atención los acontecimientos, en medio de crecientes llamados a la desescalada y una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.

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