El estadounidense Taylor Fritz se impuso en la final del BOSS OPEN al tenista local Alexander Zverev con un marcador de 6-4, 7-6 (0), coronándose así como campeón.

Por primera vez desde 1996, y solo en tercera ocasión en la historia, dos jugadores del top 10 se enfrentaron en la final del torneo en el Weissenhof de Stuttgart. La alineación fue de un nivel excepcional, con la participación del actual número 3 del mundo, Alexander Zverev, y el actual número 7, Taylor Fritz.
La final, que tuvo que ser interrumpida al comienzo del segundo set debido a la lluvia, se caracterizó por un fuerte servicio. Solo hubo tres puntos de quiebre en todo el partido, todos a favor de Fritz, embajador de la marca BOSS. El estadounidense aprovechó uno de ellos para tomar una ventaja de 5-3 en el primer set y posteriormente sacó con confianza para ganar.
En el segundo set, hubo una larga pausa por lluvia con el marcador 1-1. Tras la reanudación, el partido continuó con el servicio. Con 5-5, Zverev logró defenderse de otro punto de quiebre. En el desempate, Fritz jugó impecablemente y aprovechó su primer punto de partido tras 1 hora y 25 minutos.
Fritz, abrumado por la emoción, expresó su alegría tras el triunfo: “Lo he dicho en diversas ocasiones esta semana, pero es un sueño comenzar la temporada de hierba con este título después de que la temporada de tierra batida no me fuera tan favorable”.
Fritz ahora lidera su historial de enfrentamientos directos con un marcador de 8-5. Su triunfo en el BOSS OPEN también marcó su quinta victoria consecutiva sobre Zverev, lo que lo impulsó al cuarto puesto del ranking mundial.

A pesar de aún no haber ganado un torneo sobre hierba, Zverev se mostró sereno tras el partido. Reconoció la superioridad de Fritz en esta superficie y lo felicitó por su victoria. Sin embargo, Zverev consideró su actuación en el BOSS OPEN un éxito. Expresó su felicidad por jugar en el torneo y describió la semana como maravillosa. También destacó que fue su primera final sobre hierba en ocho años. Zverev agradeció a los espectadores por su apoyo durante todo el torneo, enfatizando que no hubo un solo partido con un asiento vacío.