Lyle y Erik Menendez fueron nuevamente condenados el pasado martes a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, lo que abre la posibilidad de que sean liberados tras más de tres décadas en prisión por el asesinato de sus padres en su mansión de Beverly Hills.
La decisión, tomada por el juez Michael V. Jesic del Tribunal Superior de Los Ángeles, se produjo tras un día de testimonios de familiares, quienes afirmaron que los hermanos habían transformado sus vidas dentro de la prisión mediante la participación en grupos de apoyo e instaron al tribunal a reducir las condenas de los hermanos por los asesinatos de 1989.

Los hermanos Lyle y Erik Menéndez durante el juicio de 1990.
Ahora, la atención se centrará en los funcionarios de libertad condicional del estado. Los hermanos ya tenían previsto comparecer ante la junta el 13 de junio de 2025 como parte de la consideración del gobernador de California, Gavin Newsom, sobre la clemencia, un proceso independiente que se ha desarrollado paralelamente a la nueva sentencia.
Un portavoz de Newsom declaró que su oficina estaba analizando la decisión del juez y determinando los pasos a seguir. Por su parte los abogados de los hermanos Menendez solo realizaron breves declaraciones tras la audiencia, agradeciendo el apoyo recibido.